Ricardo Mella, “Summary Proceedings” (1912)

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Proceso sumarísimo

Un joven picapedrero purga en la cárcel no sé qué tremendo delito. En la cárcel adquiere una grave dolencia. Está vencido, agotado, arruinado. De la cárcel pasa al hospital y allí muere.

El anciano padre no resiste tan gran quebranto, y enferma también. Moribundo, le llevan al hospital y allí expira.

En pocos días, dos victimas.

La pobre, la dolorosa madre se rinde al terrible sufrimiento.
Cae a su vez enferma. Está en inminente trance de muerte. Morirá. ¿En el hospital? O en el arroyo. Todo es igual y lo mismo.

Nada de sensiblerías. Es de mal tono. Nada de apocalípticas condenaciones. Están pasadas de moda.

Sin lágrimas y sin gritos, digamos fríamente que eso es una horrible monstruosidad y que esa horrible monstruosidad hace el proceso sumarísimo de esta maravillosa organización social en que vivimos.

Dos mujeres han aventado en El País la triste, la aterradora historia. De los hombres no se sabe que hayan salido voces de indignación; siquiera de reproche. Tan bajo han caído.

Cantemos con el poeta galaico:

Si este e o mundo qu’eu fixen,
Qu’o demo me leve.

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Summary Proceedings

In jail, a young stonecutter expiates who knows what terrible crime. In prison he becomes seriously ill. He is defeated, exhausted, broken. From the prison he passes to the hospital. And there he dies.

His elderly father cannot endure such a grave loss, and he also sickens. Dying, they carry him to the hospital and there he expires.

Two victims, in just a few days.

The poor, grieving mother surrenders to the terrible suffering. She falls ill in turn. She is at death’s door. She will die. At the hospital? Or in the stream. It is all one and the same.

Let us have no mawkishness. It is in bad taste. No apocalyptic condemnations. They are out of fashion.

Without tears and without wailing, let us say dispassionately that this is a horrible atrocity and that this horrible atrocity sums up the proceedings against the wonderful social organization in which we live.

Two women have risked this sad, terrifying story in El País. The men do not know that voices of indignation, even of reproach have been raised. So low they have fallen.

Let us sing with the Galician poet:

If this is the world that I have made,
Then let the devil take me.

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(“EL LIBERTARlO” núm. 2. Gijón, 17 de agosto 1912,)

Working Translation by Shawn P. Wilbur

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